Sergio Rinaldi, Periodista Ambiental | Coordinador General del "Taller de Comunicación Ambiental" (Rosario) .
Desde el año 1963, cada 7 de julio, se conmemora en nuestro país el "Día Nacional de la Conservación del Suelo". Esta fecha fue establecida por el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto Nº 1574. La jornada recuerda el fallecimiento del conservacionista Dr. Hugh Hammond Bennet.
Hoy compartiremos en este número, además de nuestras reflexiones, dos notas del "Centro de Noticias de la ONU" y del INTA Balcarce
CRECE DESDE EL PIE
El doctor Bennet fue un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria. Nosotros desde nuestros espacios de construcción, tanto desde el "Taller de Comunicación Ambiental" (Rosario) como en nuestro espacio de difusión permanente, el "Ciclo de Ecología" que llevamos adelante en el "Centro Cultural Bernardino Rivadavia" desde hace 17 años consecutivos, bregamos y pregonamos las bondades de la agricultura ecológica, la que respeta la "tierra" y la vida misma. Decimos NO a los agroquímicos, o sea NO a los venenos. Ya durante el año 2009 en el mencionado "Ciclo de Ecología" difundimos la película "El Mundo según Monsanto" de la periodista francesa Marie Monique Robin, y junto a el "Grupo Ecologista Génesis" entregamos en forma de obsequio copias de la película a el público y las ONGs ambientalistas, refrendando nuestro compromiso no solo de la difusión de la problemática ambiental, sino también de la militancia permanente.
A nuestro espacio-este año en curso-, precisamente el lunes 2 de Agosto, vendrá del norte santafesino, desde la localidad de Guadalupe Norte, muy próxima a Reconquista, el titular de la granja "Naturaleza Viva", Sr. Remo Vénica. Este gran hombre aplica en su predio un modelo de producción novedoso que respeta la ecología. Es la "agricultura biodinámica, la agricultura agroecólogica". Su experiencia de más de 20 años en la producción de alimentos orgánicos y el manejo de un proyecto de forma integral, hace que desde su visión se rescate un modelo de autogestión familiar como ejemplo alternativo para los productores.
La biodinámica aplicada en el establecimiento proviene de los estudios de Rudolf Steiner, un especialista esloveno que sostenía que "era necesario reconocer los principios básicos de la naturaleza, y a partir de allí, aplicar los métodos y técnicas racionalmente en la agricultura para que no se destruya al medio ambiente". En su predio de casi 200 hectáreas maximizan el aprovechamiento de los nutrientes disponibles. A el campo lo piensan como un ciclo cerrado, donde todo ejerce un efecto conservador dentro del propio sistema. Muchas escuelas y productores se acercan a la granja para poder aprender las características de este tipo de desarrollo productivo. Adjuntamos la gacetilla para que usted amigo lector de nuestra querida "ElVecino", se agende esta actividad.
CICLO DE ECOLOGÍA
Décimo Séptimo Año Consecutivo y Continuado (1994-2010)
Declarado el 5 de mayo de 2010 de Interés por la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe
Declarado de Interés Municipal por el Honorable Concejo Municipal de
Rosario Decreto Nº 18168/00
Lunes 2/8 - 20 hs - "Granja Naturaleza Viva"
Esta noche recibimos en nuestro espacio la visita del Sr. Remo Vénica, factótum de la "Granja Naturaleza Viva". Desde el norte santafesino nos visita para narrarnos su experiencia en la producción de alimentos orgánicos y el manejo de un proyecto de forma integral. Conoceremos sus ideas sobre el sistema actual de agricultura y el porqué de la búsqueda de un nuevo sistema y de una nueva etapa de la agricultura en el mundo. Modelo de autogestión familiar es un ejemplo alternativo para los productores.
Compaginación y Coordinación : Sergio Rinaldi (Periodista) - Invita : Taller de Comunicación Ambiental (Rosario)- Centro Cultural Bernardino Rivadavia - San Martín y San Juan (Plaza Montenegro) - Rosario
Entrada Libre y Gratuita
Los desiertos ocupan
el 25 % de la masa terrestre
Un cuarto de la masa terrestre, o el equivalente a 3.600 millones de hectáreas, está cubierto por desiertos y el avance de las arenas amenaza la subsistencia de 1.000 millones de personas en el mundo. Así lo indicó hoy el Programa Mundial de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) con motivo de conmemorarse el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación.
Para evitar que este proceso continúe, es fundamental la gestión sostenible de las tierras; por eso el tema elegido para este año ha sido “Mejorar los suelos en un lugar, mejora la vida en todas partes”, dijo la directora regional del PNUMA para América Latina y el Caribe, Margarita Astrálaga.
“El mayor problema es el estado de nuestros suelos y nuestras tierras. Y en este caso, tenemos 28% de la superficie de la región que está en estado severo de degradación”, señaló Astrálaga.
Por su parte, el especialista de la FAO sobre tierras y aguas, Jan van Wambeke señaló que, tanto en América Latina como en el resto del mundo, la desertificación se produce por varias causas.“Que son en particular la deforestación. También el uso inadecuado de los recursos naturales y también la incidencia de los efectos del cambio climático, que es un factor más reciente”, recalcó van Wambeke.
En todo el mundo, se estima que las pérdidas anuales producidas por la desertificación superan los 40 mil millones de dólares.
Instan a fomentar
la agroecología
El relator de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, urgió a la comunidad internacional a que utilice la agroecología para mejorar la seguridad alimentaria global.
En un comunicado emitido tras la conclusión de una reunión de expertos internacionales celebrada en Bruselas, De Schutter pidió que se aproveche el potencial de esa técnica que protege los suelos, el agua y el clima.
Recordó que en la reunión del G-20 celebrada en Italia en 2009, los Jefes de Estados de las principales economías se comprometieron a movilizar 22.000 millones de dólares en tres años para combatir el hambre.
De Schutter destacó que un estudio de cerca de 300 proyectos en 57 países en desarrollo reveló que la agroecología es capaz de aumentar el rendimiento de cultivos en un 79 por ciento y de mejorar la vida de los campesinos.
Los especialistas que participaron en la conferencia celebrada en Bruselas evaluaron los logros de las políticas agroecológicas de países como Cuba y Brasil.
“Lo que se necesita ahora es la voluntad política para transformar los proyectos pilotos exitosos en políticas nacionales”, añadió el Relator. Centro de noticias.
El suelo y el cambio
climático: un desafío futuro
Si bien el suelo es parte del problema del cambio climático también puede ser parte de la solución. El cuadro general es claro, a través de la adopción de una correcta gestión de prácticas de manejo del suelo, que garanticen el mantenimiento de carbono en él, se podría contribuir a compensar en parte las emisiones de los combustibles fósiles. El suelo es un recurso natural que a menudo se olvida porque no se dimensiona la importancia que éste tiene para el ecosistema y la economía.
La comida que ingerimos, la ropa que usamos, el agua que bebemos, todos ellos están relacionados con la capacidad del suelo para realizar sus funciones fundamentales. Cuando los suelos se degradan, esta capacidad se ve seriamente afectada. Por otra parte, cuando la degradación alcanza niveles graves, puede dar lugar a fenómenos de desertificación. Además de sus funciones relacionadas con la biomasa y la producción de fibra, el reciclaje de nutrientes y la filtración del agua, el patrimonio genético etc., el suelo juega un papel crucial en el ciclo global del carbono. La exploración de ese papel debe ser objetivo del área suelos del INTA en el próximo trienio. La clave en la relación entre el suelo y el cambio climático es la materia orgánica del suelo. La materia orgánica está relacionada con la fertilidad del suelo; es el fundamento de la vida, especialmente la vida vegetal, ya que a través de ella se unen los nutrientes al suelo, garantizando así su disponibilidad para las plantas. Es el hogar para los organismos terrestres, desde las bacterias a los gusanos y los insectos, y les permite transformar los residuos vegetales, y proveer los nutrientes que puede ser absorbido por las plantas y los cultivos. Asimismo, mantiene la estructura del suelo, mejorando así la infiltración del agua, la disminución de la evaporación, aumentando la capacidad de retención de agua y evitar la compactación del suelo. Además, la materia orgánica acelera la descomposición de los contaminantes que puede fijarse a sus partículas, reduciendo así el riesgo de contaminación de aguas.
La materia orgánica del suelo es la segunda reserva de carbono más grande del planeta después de los océanos, si se liberara a la atmósfera sólo una pequeña fracción de esa cantidad se correría el riesgo de acabar con todos los ahorros que otros sectores de la economía mundial están logrando con el objetivo de contener las emisiones del hombre de los gases de efecto invernadero. Desafortunadamente, esto no es sólo un escenario teórico. Si bien el suelo es parte del problema del cambio climático también puede ser parte de la solución, el cuadro general es claro, a través de la adopción de la correcta de gestión de prácticas de manejo del suelo que garanticen el mantenimiento de carbono en el suelo, se podría contribuir a compensar en parte las emisiones de los combustibles fósiles.
La intensificación de la agricultura y la incorporación de nuevas tierras a la agricultura, en general no siempre vinculadas con una buena gestión del recurso suelo, han jugado un papel central en el incremento de la producción de granos. Ahora todos los estudios indican que se está produciendo una lenta y gradual reducción de materia orgánica del suelo, sin una evaluación completa a nivel regional. Estas pérdidas pueden ser muy significativas cuando se las toma en su conjunto en términos de emisiones de carbono.
Los cambios en los patrones de precipitaciones y el aumento de las temperaturas medias por el cambio climático también están jugando
un rol importante en este sentido. Un aumento en la temperatura global acelera las pérdidas de carbono de los suelos, lo que eleva la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. Los cambios en los patrones de lluvia contribuyen a un aumento de la erosión en suelos vulnerables, que a menudo ya sufren de bajo contenido de materia orgánica.
El cambio climático pondrá más presión sobre la calidad del suelo y aumentara el riesgo de la desertificación y de degradación de los suelos, esto ya está afectando varias regiones de nuestro país y se espera que se en el futuro cercano estas se intensifiquen. El verdadero reto es asegurar que la gestión de materia orgánica del suelo y su potencial para prevenir la desertificación o su degradación, contribuya a la mitigación del cambio climático. Esto debe convocar la atención de los usuarios del suelo y a los responsables políticos, para que puedan considerar ese factor en sus actividades diarias y en el desarrollo de políticas, respectivamente.
Propuesta del INTA
• El suelo es parte tanto del problema como de la solución del cambio climático. Es indispensable apoyar las prácticas de manejo sustentable del suelo que ayuden a mantener y en lo posible, aumentar la materia orgánica del suelo.
• La degradación del suelo tiene repercusiones globales, por lo que resulta necesario descubrir donde se están produciendo pérdidas de materia orgánica del suelo y se evalúen esas pérdidas
• Está claro que la Argentina tiene que adaptarse al cambio climático y que el suelo desempeña un papel crucial para garantizar la producción de alimentos y servicios frente a condiciones climáticas adversas
• La creación de una Red INTA de Información de Suelo será en el futuro cercano, una de las bases de datos de Argentina que proveerá información para la aplicación y el seguimiento de la futura estrategia temática para la protección de nuestro suelo.
INTA Balcarce
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