sábado, 16 de mayo de 2009

EDITORIAL. Mirar y Ver

Por Carlos E. Galli

La muerte reciente de Raúl Alfonsín, ha dejado un rico material para analizar una parte vital de nuestra historia y, que ayuda a comprender esta actualidad que preocupa, encerrada en contradicciones históricas, de las cuales surgen con escasez síntesis superadoras. Como titula Briguet en su artículo: “La gran ilusión” (ver en el interior), el advenimiento de la democracia y el triunfo de Alfonsín que se presentaba como un fenómeno nuevo dentro de la política nacional, entusiasmó a una sociedad que emergía golpeada por las secuelas de años en el poder de la dictadura más sangrienta que gobernó el país.

Una historia que nos atañe, puesto que, de esa ilusión colectiva, nos nutrimos, un puñado de estudiantes de Comunicación Social para fundar esta publicación allá por la primavera del `84. Un largo camino, atravesado por sueños renovados y sinsabores recurrentes, el mismo recorrido del común de las personas.
Un período de tiempo nada desdeñable para analizar esta realidad , que derrmaron desde los episodios trascendentes que signaron a esta Argentina fragmentada que hoy vemos. Desde un ´83 con cierres de campaña fabulosos -recuerden que más de un millón de personas asistieron a los actos de los dos partidos mayoritarios-, donde RA, se inscribía como símbolo de una democracia nueva y alentaba la construcción del tercer movimiento histórico, luego del irigoyenismo y el peronismo, hasta este presente. Un presente distante de aquellos memorables mitines masivos con el pueblo movilizado en las calles. No pudo, no supo o no quiso, es el dilema, aún hoy, del demócrata de Chascomús, que murió como vivió, apasionado, honesto y militante, más allá de aciertos y defecciones. Después vendría el desguace del Estado, el fundamentalismo de mercado, la concentración de la riqueza y pobreza inimaginable en el “granero del mundo”. Dos veces reelecto, el depredador de Anillaco, cumplió los sueños truncos de la dictadura. La política se banalizó como la cultura y en el mercado de los angurrientos se comenzó a comerciar a precio vil.
Bernardo y Mariano vendían empresas estatales y neoliberalismo, e iniciaron la era del periodismo basura, como voceros de los grupos de poder, Página/12 se consolidaba como el anticuerpo, inaugurando un periodismo investigativo, de denuncia y de compromiso ante el desdén deliberado de los grandes medios nacionales y, la mayoría de los del interior, que silenciaban episodios de extrema gravedad.
El amor a la militancia y la participación, fue devaluado con prisa y sin pausa.
El “no te metas”, “la política es mugre”, se propagaba por doquier desde la usina de las ideas dominantes. El mensaje era claro, despolitizar para reinar. Mientras tanto, los hijos privilegiados del sistema, como en la época sarmientina, enviaban a sus hijos a Harvard, La Sorbona, o a obtener un master de economía en el país del Norte. Ahora, se hacen los boludos y eluden por elevación referirse a las miserias del Imperio. Sólo para ellos se reservaba ser clase dirigente, obvio, que, para joder a sus paisanos en defensa propia.
Y, cuando la primer camada quedó en evidencia, el ex convicto riojano, inventó líderes de pacotilla, y no le fue tan mal. Volvamos.
Era impensable apenas recuperada la democracia, para la militancia de la época, de cualquier signo, que quien nos atormentó desde púberes con la “chervecha que se sube a la cabeza”, el changuito tucumano, gobernara Tucumán. Y cuando el peronismo santafesino quedaba en evidencia, apareció -el hoy vendido como presidenciable-, no se ría, el Lole, de quien peronistas de la primer época decían a viva voz que no sabía la tabla del 2. ¡Guarda! Le dieron un entrenamiento básico y aprendió. Símil Scioli. Hasta la tabla del 4,decían, hoy gobernador de la provincia más importante del país. Salvo Palito, dos pollos dilectos del Turco, obsecuentes en su momento, hoy son popes de los restos de lo que se llamó peronismo, cuya osamenta puso sobre la mesa el marido de la Bolocco, a la hora de negociar con el establisment apenas asumió. A esta altura uno estornuda, o tiene urticaria o reacciones alérgicas de todo tipo o cualquier enfermedad de la pobreza que acecha. La culpa es del mosquito.
Hay elecciones, pronto, testimoniales, con escasez de debate por los grandes temas, anticipadas, vaya a saber por qué. No se sabe bien pero se intuye. Un mes antes o dos o tres, en país ciclotímico pueden significar una variación en los porcentajes, una pérdida de poder: querido, amado.
Se discursea que hay proyectos en pugna, eso es desde siempre. La pugna no cesa, la brecha es inmensa. Los proyectos escasean y los de verdad y transformadores -los hay- son intencionalmente ocultados.
La lucha contra la pobreza, una nueva distribución de la riqueza, mejor educación, vivienda, empleo, recursos energéticos, en resumen, sucumben ante la parafernalia mediática que pide seguridad y mano dura para una geografía desigual que colaboraron a generar los intereses que ellos representan; los que derramaron las lágrimas de cocodrilo en los funerales de Alfonsín, al que no se cansaron de putear de arriba abajo.
Ante nuevos comicios , uno siempre sueña que los sectores más progresistas irán unidos en la diversidad, marchando juntos, para pergeñar algo distinto, serio y en serio, aunque devenga alguna derrota más. El tema es la solidez del cimiento. No se avizora. Mientras tanto la derecha más conservadora se alinea y resiste a un modelo que ya fracasó en el mundo.
Continuará. Ojalá la vida nos dé sorpresas. ¡Ah!. Hay elecciones. No todo es lo mismo. Recorra, investigue, memorice, coteje... porque después.....
Además de mirar, estaría bueno, que aprendamos a ver. Otro desafío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No pienso votar a esta manga de ladrones, sean los kichner, lischtiszt, o macri. Son todos el mismo perro con diferente coyar.
p mi no huvo como peron, el resto es pan rayado, es pelusa, no hay q votarlos ni loko.
Votemos a la isqueirda, que son mejores, le intereza la gente y no esos choros d 4arta nadie se acueda q de alfonso era de la matufia ahora q es un gauchito gil?
salud es memoria y memoria es salud .