lunes, 19 de enero de 2009

Año Nuevo, entre utopías y resistencias

Por Carlos Galli. Director Revista El Vecino
El 2009 viene plagado de predicciones que lo presentan en el mejor de los casos, como: complejo, crítico, preocupante, y por ende invita a enfrentarlo con sensatez y firmeza. Sin someterse al discurso agorero e interesado que fluye desde los medios serviles al modelo quebrantado, pero sin negar una realidad que sacude a un mundo en crisis que asiste azorado a la debacle de un formato del capitalismo que infligió graves daños sociales a todas aquellas sociedades donde logró instalarse.
Nuestro país lo sufrió en carne propia, y durante el nefasto doble período menemista, alcanzó su máxima expresión. La Argentina frívola. Pizza con champagne, colágeno, golf como deporte “popular”, un dólar un peso, Primer Mundo; banquete de ricos y poderosos sentados en la mesa de la impunidad, servida desde la complicidad de la justicia, cagatintas mediáticos y complicidades de todo pelaje. Fiesta obscena. Mientras la brecha de la desigualdad y la pobreza alcanzaba cifras históricas. Vale recurrir a la memoria y detenerse en este punto, porque el año que termina nos devolvió una porción nada desdeñable de los valores que taladró la cuca de millones de compatriotas. Paisito-el nuestro- siempre dispuesto a comprar “bueno y barato”, coqueteó con el modelo y aprehendió no solo sus postulados sino que por desgracia, se impregnó de su cultura. Una cultura que persiste en el tiempo y que aflora cotidianamente tanto en sucesos mínimos como en los debates más encendidos que protagonizan reconocidos referentes de nuestra vida pública.
El 2008 fue un año rico por donde se lo mire, a la hora de poder observar sin tapujos quién es quién y como piensa nuestra clase dirigente. Solo es cuestión de tomarse el tiempo y la pausa para recorrer los episodios que fueron develando los deseos de los actores y su ideología, a pesar de los ingentes esfuerzos de algunos por disfrazarla. El punto de inflexión fue sin duda el conflicto con el campo- que lejos está de concluir- y donde se dirime algo más que las retenciones. Se dirime poder, se dirime ideología, la posibilidad o no de construir un modelo cultural donde el mercado y el consumismo dejen de ser presentados como “un orden dado, natural”, un dogma de fe, es decir una religión. El desafío, entonces, es perfilar una sociedad capaz de ir rompiendo la cultura vigente. Seguir reconstruyendo un tejido social, deshilachado adrede, desde el genocidio del ’76 en adelante. Desde allí, recuperar identidades, rescatar las experiencias positivas del pasado y desde el presente, proyectar un colectivo social amplio y participativo que respete matices; diferencias dadas por innumerables subculturas que conforman un universo rico potencialmente, pero que subyacen debajo de aquella que el neoliberalismo fue instalando. Primero a sangre y fuego, con la irrupción de la dictadura y que ya, recuperada la democracia, se fue diseminando de acuerdo a sus intereses. Deglutiendo conciencias y cambiando croquetas. La sustitución de ese modelo es imprescindible para pergeñar otro porvenir, ejercitando la memoria para no caer en la repetición de viejos errores.
La puja con el campo-continuará- dejó enseñanzas que sirven para desentrañar una trama aún oscura de nuestra vida política social. Y aunque parezca redundante es bueno analizarla a fondo porque revela la trama de intereses, el pensamiento y la ubicación política de sus disímiles actores No fue el único episodio donde se discutió que país queremos, aunque todo es aún difuso. El 2008 fue rico en planteos y debates, un año donde se hizo política, y donde detrás de cada lid, siempre estuvo en juego,-a veces solapado- el principal:¿Cómo se distribuye la riqueza? Será este punto, en el 2009, obvio, la madre de todas las batallas.
Además, el 2009 es un año electoral, en el medio de una severa crisis mundial y que habrá que observar cuáles van siendo sus repercusiones internas . El gobierno, atinadamente, ya tomó un paquete de medidas preventivas que prevé inversiones y una fundamental que requiere del esfuerzo de varios sectores , que es la manutención del empleo. Sin embargo, las dudas están centradas en si esta clase política, gobierno y oposición, precisamente en un año electoral, obran de acuerdo a los intereses de la comunidad o continuarán con chicanas de cuarta, que generan desconfianza y nada aportan a enfrentar la coyuntura y planificar políticas tendientes a solucionar los grandes temas.
La democracia cumplió 25 años, bienvenida en un año nuevo entrante, con el reto de saldar viejas deudas, que afirme eso que nos enseñaron desde la primaria, que es el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.
“EL Vecino”, también en este 2009, en el mes de setiembre, si las circunstancias lo permiten cumplirá 25 años. Un cuarto de siglo. Estamos orgullosos.
No son pocos los acontecimientos que hoy suceden, que cuando era difícil textualizarlos fueron pronosticados en estas páginas por el calificado equipo de periodistas que la componen. Eso nos da la tranquilidad de saber que los objetivos comunicacionales que nos trazamos se van cumpliendo entre avances y retrocesos. Con aciertos y errores pero siempre desde el compromiso y la honestidad intelectual de quienes la realizan. Seguimos de utopías, es decir tenemos nuevos proyectos, que ya iremos contando.
Brindamos, por una sociedad nueva, más justa y solidaria con justicia e inclusión social, junto a todos aquellos que día a día laburan en esa dirección.

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