lunes, 19 de enero de 2009

Algunos desafíos de 2009. Lo que viene

Por Carlos del Frade
Hay más de tres millones de pibas y pibes menores de dieciocho años que no comen todos los días. Esa es la verdadera inseguridad. Allí está el primer desafío de la política de 2009. Terminar con el hambre en la Argentina. Y, en forma paralela, el intento de invasión de la delegación local de ATILRA despierta una serie de inquietudes en torno al manejo de las barrabravas y la cuestión política provincial y nacional de cara a los meses que vienen. Así todo hay señales que marcan la urgencia de construir una herramienta política de transformación que supere por izquierda al gobierno de los K. El año próximo también será una buena ocasión para recuperar algo de la tolerancia perdida después del conflicto entre el gobierno y las organizaciones agropecuarias. De estas cuestiones trata la nota que sigue.

La realidad de los pibes
El Instituto de Estudios y Fromación de la Central de Trabajadores Argentinos, integrado por Tomás Raffo, Ana Rameri y Claudio Lozano, publicaron a principios de diciembre de 2008 un informe titulado “La geografía de la infantilización de la pobreza”.
Allí se lee la verdadera dimensión de la deuda social de la democracia argentina.

Por ejemplo:

La Pobreza y la Indigencia: Al año 2008, 6,3 millones de menores de 18 años son pobres, de los cuales 3,1 millones directamente pasan hambre.

La cobertura sanitaria: El 47,2% de los menores de 18 años no posee cobertura sanitaria. Esto implica que 6,3 millones de chicos no cuenten con una obra social o un plan médico.

La mortalidad infantil: Por día se mueren 25 recién nacidos, de los cuales 14 mueren por causas evitables.

La cobertura de las asignaciones familiares: El actual esquema de seguridad social desconoce el derecho de percibir una asignación familiar a 9 millones de chicos, que equivalen al 70% del total de nuestros pibes.

La cobertura asistencial a los menores: Los montos de ingresos por hijo que brinda la ayuda social del Estado equivalen, prácticamente, a un tercio de la actual asignación familiar por hijo del sistema de seguridad social y sólo el 44% de los menores en situación de pobreza pueden acceder a ella.

Las condiciones de infraestructura: En la mayoría de los hogares que cuentan con la presencia de menores de 18 años se verifican situaciones de insuficiencia de espacio habitacional. Cerca de 1,2 millón de menores (el 19,4% de los chicos pobres) viven en viviendas ubicadas en zonas inundables y otro millón de chicos (el 16% de los menores pobres) no tienen agua corriente.

La precaria inserción de sus padres o tutores: Del total de los menores de 18 años, el 52,2% (alrededor de 7 millones de chicos) viven en hogares en los cuales los jefes de hogar tienen una inserción laboral precaria.

La escolaridad: El 14,2% del total de menores de 18 años (que equivale a nada menos que 1,9 millón de menores) no asisten o nunca asistieron a un establecimiento educativo.

“Si existe un drama en la Argentina, que no debemos dejar de denunciar, es el alto nivel de deterioro que han alcanzado las condiciones de vida de nuestros chicos. El daño que se les está causando no sólo implica dolor y tristeza en nuestro presente sino que implica hipotecar el futuro de nuestra sociedad. La permanencia de esta realidad resulta, desde cualquier punto de vista, incompatible con un desarrollo económico sostenible”, sostienen los investigadores de la CTA.
Por estos motivos el presente material tiene como “principal ambición ser una denuncia más para despertar conciencias acerca del cuadro de emergencia social al que intenta sobrevivir, día a día, la población más joven de nuestra sociedad. Por lo tanto, estamos convencidos que el punto final a esta problemática debe estar en el primer lugar de la agenda pública”, afirman los redactores del informe.
En un país hecho de pan, carne, trigo y agua no es posible que más de tres millones de pibas y pibes no coman todos los días, que más de tres millones de pibas y pibes pasen hambre.
Este es el primer desafío del año 2009.

Lo que la mala leche nos dejó
Cancha chica del fútbol, cancha grande de la historia.
El fútbol argentino también fue privatizado en los años noventa.
Como al resto del patrimonio popular, al fútbol lo convirtieron en fenomenal negocio de minorías a expensas de los que son más.
Llegaron los inversores, las sociedades anónimas, la regla de oro de Julio Grondona: “En el fútbol argentino no se pregunta por el origen del dinero” y la conversión de las folklóricas barrasbravas en grupos de tareas de dirigentes de adentro y afuera.
Con una consigna clara: las reglas de juego son inmodificables y los que están del otro lado de la fosa, del otro lado del alambrado apenas tienen derecho para matarse entre ellos.
Perversión máxima del sistema.
Apenas un cuatro por ciento de los pibes que juegan en las inferiores de los clubes afiliados a la AFA llegan a primera. Minorías del privilegio, problema social ausente de las agendas de casi todos los políticos.
Todos para unos pocos, casi nada para los que son más.
El capitalismo en estado puro.
Sucedió en Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Salta, Jujuy, Santa Fe y Mendoza; en los principales territorios provinciales donde el juego de la pelota moviliza miles y miles.
De tal forma, los grupos de tareas llamados barrabravas comenzaron a cobrar mucho dinero desde las dirigencias de los clubes y, en forma paralela, alquilaban su fuerza de choque, su fuerza de trabajo, para dirimir desde elecciones de rector en la Universidad Nacional de Rosario hasta disputas gremiales.
Algo de esto sucedió el último miércoles 3 de diciembre cuando Héctor Cornejo, dirigente de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina, integrante de la CGT, fue herido de muerte cuando centenares de personas quisieron invadir la sede local del gremio rosarino. Casi una veintena de heridos después de una pelea a palos, piedras y cadenas, más otros cuatro lastimados con balas, algunos de los cuales zafaron de casualidad.
Antes, durante y después de los hechos, decenas de testimonios de dirigentes gremiales y sociales hablaron de la contratación de integrantes de los grupos de tareas, de las barrasbravas de Central y Ñuls. El principal imputado y actualmente detenido por haber supuestamente disparado el arma que terminó con la vida de Cornejo, es Raúl “Tysson” Cazón, guardaespaldas del ya ex presidente del club del Parque Independencia, Eduardo López, como fue demostrado por medio de la exhibición de fotografías.
Los grupos de tareas surgidos del interior de los clubes de fútbol están en casi todos los sectores de la vida social en la cancha grande de la historia porque los delincuentes de guante blanco que gozan de sus servicios también se mueven en todo el espectro económico, político y social.
Porque detrás de un barrabrava hay un poderoso que sostiene su feudo -pequeño, mediano, grande o muy grande- con la mano dura profesionalizada de estos grupos de tareas.
Lo que sucedió en Rosario, una vez más, demuestra que en la cancha grande de la realidad las mayorías argentinas siguen siendo goleadas por la continuidad de las reglas de juego que siguen impunes a partir de los años noventa.

El costado político de la mala leche
La seccional Rosario de ATILRA forma parte de la jurisdicción de la seccional sexta de La Santafesina SA, de la policía provincial.
Durante cuarenta y cinco minutos, decenas y decenas de militantes gremiales y sociales que habían concurrido a un acto en solidaridad con los delegados golpeados en una planta distribuidora de Sancor, denunciaron que los uniformados armaron un ring para que se enfrentaran las centenas de personas que fueron traídas por la conducción nacional del sindicato con la intención de invadir la delegación local.
¿A quién no le obedeció La Santafesina SA?.
Queda claro por las declaraciones del Ministro de Seguridad, Daniel Cuenca, y por el Ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, que esos policías actuaron como quisieron.
Por lo tanto, si hubo una zona liberada, ¿quién la liberó?.
¿De dónde vino la orden?.
Allí aparece, entonces, otro escenario en lo político y que marca el prólogo de 2009.
Horas antes, de manera totalmente desacostumbrada para su estilo, el gobernador Hermes Binner preguntó por la impunidad en relación a los asesinatos de diciembre de 2001 bajo la administración de Carlos Reutemann.
¿Por qué Binner dijo eso?.
¿Quizás porque sabía que ocurriría algo grave y que no podía evitarlo porque los integrantes de la seccional sexta no respondían a las órdenes del Ministerio de Seguridad de la provincia?.
La invasión a la delegación rosarina de ATILRA fue impulsada por Héctor Ponce, secretario general a nivel nacional del sindicato, un hombre muy vinculado a Hugo Moyano, titular de la CGT nacional y una de las principales espadas del kirchnerismo.
Desde hace algunos años a esta parte, Moyano viene produciendo hechos graves en la ciudad de Rosario a partir del desembarco de un nuevo gremio que nuclea a los trabajadores de la recolección de residuos. Sucesos que terminaron todos en las páginas de policiales de los diarios locales y cuya máxima expresión fue el asesinato de Abel Beroiz en pleno centro de la ciudad.
-No podemos hacer nada contra Moyano porque está sentado a la derecha de Dios Padre - fue la definición que utilizó una de las principales funcionarias de la Municipalidad de Rosario a este cronista cuando le preguntó por qué se quedaban callados ante semejante agresión.
Aquella zona liberada fue una orden que vino de afuera de la provincia de Santa Fe y obedecía a una estrategia que coincidía con los intereses de Ponce y Moyano.
Intereses que no solamente son económicos sino también políticos.
Para los grandes medios de comunicación de Buenos Aires, la figura de Hermes Binner es la de mayor proyección para las elecciones de 2011, algo que no pasa desapercibido para el partido del poder.
Por eso cada vez que se pueda, habrá que esperar algo pesado en la ciudad y la provincia manejadas por administraciones que no son K.
Por otra parte, a un año de la administración Binner, habrá que preguntar públicamente si el gobierno ejerce su poder sobre la estructura siempre mañera de La Santafesina SA. Una duda que está en el fondo de varios hechos policiales que marcaron la vida de los pobladores del segundo territorio de la Argentina durante 2008.
Si el gobierno de Binner siente que no puede llevar adelante su proyecto por una serie de trabas que vienen de adentro y fuera de la provincia, será fundamental que convoque a sus votantes para generar la tan mentada política de cambio que, justamente, fue la elegida en octubre de 2007.

¿Habrá algo nuevo?
“Después de los fracasos y traiciones de la llamada centroizquierda, hoy vuelve a plantearse en la Capital la operatoria kirchnerista de intentar unir las fuerzas progresistas para enfrentar a Macri, como representación inequívoca de la derecha. La política de las manipulaciones mediáticas ya mostró su falsedad en mayo del 2007, cuando se quiso convencer a la ciudadanía de que las fuerzas progresistas eran las del Frente para la Victoria. Así les fue: en ese mismo mes sus legisladores votaban en el Congreso la ley antiterrorista y Néstor Kirchner daba luz verde al hecho más grave de la política argentina de los últimos años: la segunda privatización del petróleo y el gas con la prórroga de “Cerro Dragón” y todas las concesiones de Menem hasta el 2047; es decir, hasta la extinción total del recurso”, comienza diciendo Fernando Solanas, el principal referente de Proyecto Sur en un artículo que recrea la necesidad de genera un nuevo proyecto político nacional.
“Por eso, para no repetir la farsa, se impone discutir qué es lo que consideramos una política progresista o reaccionaria, nacional o entreguista. ¿No es la nueva derecha criolla quien se asocia a las corporaciones que saquean nuestros recursos estratégicos no renovables, sin control público y a simple declaración jurada? ¿No es esta nueva derecha, con el “capitalismo de amigos”, la que se beneficia mediante la entrega salvaje de las tierras fiscales –pertenecientes a los pueblos originarios– y los yacimientos mineros y petroleros a los amigos o socios de los gobernadores provinciales? ¿Es realmente de avanzada la decisión de pagar al Club de París y a los fondos buitre, sin revisar la legitimidad de la deuda externa, mientras el dictamen del juez Ballesteros sobre su carácter fraudulento duerme en el Congreso? ¿Qué decir del “tren bala” como opción a una reconstrucción de los ferrocarriles con tecnologías y fábricas propias, que pueden generar miles de empleos y garantizar autonomía? ¿Dónde colocaríamos a conspicuos miembros y amigos del Frente para la Victoria, como Cristóbal López, Eskenazi, el senador Roberto Urquía y otros grandes exportadores de granos, que estafaron al fisco por 1700 millones de dólares con el paraguas de la Resolución 125?”, se pregunta Pino.
Agrega que “el formato progresista de la era “K” es una peculiar combinación de derechos humanos con esencias del modelo neoliberal. Basta recordar que en nombre del centroizquierda se han venido avalando las políticas económicas neoliberales más puras, ejecutadas desde el gobierno menemista y algunas otras desde la dictadura. ¿No sigue vigente la Ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz, que priva a la pequeña empresa de acceder al crédito público y sigue al servicio de las multinacionales? ¿No bastó la fuga de 26 mil millones de dólares en el 2001, para evitar la reciente fuga de 22 mil millones de dólares imponiendo un riguroso control de cambios y divisas? ¿No es necesario recordar la trágica aventura de la Alianza, con el soborno de senadores para flexibilizar las leyes laborales? ¿No merece recordarse el regreso de Cavallo –agosto del 2001– con poderes excepcionales votados por los legisladores del Frente Grande para negociar un megacanje que nos costó casi 54 mil millones de dólares más”.
Remarca Solanas que “en esta gran confusión, el gobierno de Cristina Kirchner, que para muchos se ubica en la franja del progresismo o centroizquierda, hace pocos días anunció un subsidio a las petroleras de 8750 millones de dólares (Clarín, 13/11/08) y desconoció la decisión del Congreso nacional, como respuesta al reclamo del lobby minero de la Barrick Gold, vetando la ley de protección de los glaciares que había logrado unanimidad en Diputados y solamente tres votos en contra en el Senado”.
A la hora de volver con los interrogantes, el dirigente sostiene: “¿No son estas razones suficientes para delimitar qué es derecha o izquierda en la Argentina y quiénes son las personas creíbles frente a la ciudadanía? En las décadas recientes y hasta la actualidad, los travestismos políticos y las piruetas oportunistas se convirtieron en materia corriente. El ser humano y la dirigencia como parte del género puede cometer errores y todos los hemos cometido; pero es preciso corregirlos con acciones autocríticas y compromisos públicos que los superen. No obstante, hay cosas que son inadmisibles. Una de ellas es la traición al mandato de las urnas y otra, las operatorias mediáticas o acuerdos a espaldas del pueblo, soslayando el abierto debate de ideas. Todo tiene sus límites: estamos hablando de un debate que necesariamente excluye a quienes fueron los protagonistas de la entrega y la corrupción de ayer o de hoy. La actual crisis mundial es grave y exige respuestas creativas, impulsadas con grandeza y coherencia, desechando cualquier intento de obtener beneficios personales o de grupo con recursos públicos y sociales, al costo del sufrimiento de una gran proporción de nuestros compatriotas. El debate debe incluir entonces las políticas a seguir, entre otras, con las corporaciones mineras, petroleras y exportadoras de granos, favorecidas con una renta que pertenece a todos los argentinos”.
Termina diciendo que “es indispensable el debate y definición de un auténtico proyecto nacional, capaz de ser integrador de nuestras potencialidades, anhelos y voluntad de evolución, insertado en forma creativa y autónoma en la región. Es hora de que todos aportemos a su diseño y construcción. La tarea es inmensa y ninguna fuerza política o social se encuentra con capacidad de hacer frente a ello en forma aislada. Por estas razones, Proyecto Sur propone a quienes se sienten identificados con el espacio progresista, nacional y popular, una Mesa de Diálogo para la construcción del Proyecto Nacional. La unidad que proponemos no se reduce a lo electoral ni se basa en la distribución de cargos o lugares en una lista. Nos proponemos construir una fuerza política, social y cultural que sea capaz de impulsar un proyecto emancipador en posibilidad concreta de recuperar los recursos estratégicos y democratizar las instituciones, como paso indispensable para terminar con la indigencia, el hambre y la degradación del ambiente. Se trata de recuperar y honrar la credibilidad de nuestro pueblo”, finaliza Pino Solanas.

Breve apunte sobre intolerancias
En el año en que se cumplieron los primeros veinticinco años de democracia ininterrumpida en la historia de la Argentina, el país asistió a un alto incremento de la intolerancia política, hecho que fue disparado por el denominado conflicto entre el gobierno y las entidades empresariales que, supuestamente, representan al campo.
Un enfrentamiento que arrastró soberbia y mentiras por ambas partes. Ni la Sociedad Rural, ni Coninagro como tampoco la CRA tienen como objetivo el bienestar general de la población. Sus historias lo demuestran. Como asimismo el gobierno nacional que se la pasó cacareando una imprescindible distribución de la riqueza, llegó a fin de año con cifras obscenas: en una tierra capaz de producir alimentos para millones de personas, hay 6,3 millones de chicas y chicos menores de dieciocho años que son pobres, de los cuales 3,1 millones pasan hambre, según una investigación del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, publicado en diciembre de 2008. Una realidad existencial que se completa con el 76 por ciento de los jubilados cobrando 690 pesos mensuales. No hay distribución de la riqueza. En forma paralela, General Motors facturó durante la primera parte del año a razón de nueve mil pesos cada sesenta segundos. A fin de año, la misma administración nacional prometía ayudar a la multinacional por una supuesta crisis. Ni el campo ni el gobierno dijeron la verdad. De allí la necesidad de plantear la urgencia de la construcción de una Argentina que pueda ser vivida con dignidad por las mayorías y no que sea el botín privatizado de diferentes sectores.
Un cuarto de siglo de democracia, en forma paralela, también dio lugar para asistir a una fenomenal batalla en las calles rosarinas alrededor del destino de la seccional local de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina. La muerte de un trabajador, una vez más, devolvió imágenes de los años 74 y 75 cuando desde Buenos Aires se ordenaban las invasiones y posteriores intervenciones de las delegaciones díscolas con respecto a las conducciones nacionales.
De allí que sea fundamental pensar que el proceso democrático iniciado en 1983 debe ser construido de manera cotidiana, dejando de ser espectadores de la historia para protagonizar la tarea de la transformación social, política y económica del país y la región.
A menos de dos años de los dos siglos de la Revolución de Mayo, es imperativo repasar aquel sueño colectivo inconcluso que está en la propia letra del himno nacional: para vivir con gloria es necesario que en el trono de la vida cotidiana esté la noble igualdad.
Avanzar hacia la realización de semejante mandato histórico supone un mayor esfuerzo de tolerancia, amplitud, generosidad y humildad que vuelva a juntar a las mayorías en un verdadero proyecto político de cambio.
Allí tendrá sentido la palabra futuro y volverá a revitalizarse el concepto de democracia.
Hay miles de esperanzas: un grupo de personas quieren construir un teatro sin ninguna ayuda oficial y lo están logrando; decenas de organizaciones sociales abren bibliotecas, comedores y espacios de participación para defender y estimular derechos básicos; cientos de escuelas abrazan a las pibas y pibes y reman contra corriente de la satanización de los chicos; casi un millón de personas ya firmaron el petitorio para que se recupere el tren para todos y se deje de lado el elitista proyecto del tren bala; miles y miles participan de la llamada Constituyente Social iniciada en Jujuy y las jubiladas y jubilados continúan su pelea por la dignidad.
Auténticas, reales y cercanas postales de la historia política de la esperanza. Esa que se nutre todos los días del compromiso y la tolerancia de miles y miles de anónimos, más allá de los intereses corporativos de las élites.
Allí está el germen de lo mejor de la Argentina, el por qué celebrar los 25 años de democracia y saber que más temprano que tarde se cumplirán los deseos de aquel mayo de 1810.

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