jueves, 4 de septiembre de 2008

Se quiere pensar....

Por Bruno Javier Del Barro | 19 años

Se han hecho cientos de programas de debates en donde se discutía la problemática del alcohol y de las drogas. Montones de profesionales y especialistas llevaron su traje a la tintorería para exponerse a las luces y a las cámaras, previamente puliendo su jerga incomprensible para la mayoría de los televidentes, esperando sumar puntos en su carrera profesional y publicitar sus miles de ensayos sobre el tema.
También concurren ex adictos y suele haber una tribuna de interesados bien preparados para salir en televisión. El lenguaje es serio y reverente y el conductor procura que se mantenga el orden en el sobrio estudio.
Se realizan informes desde las calles y se presentan notas sobre disturbios ocasionados por el abuso de alcohol y de drogas. Los ciudadanos se exasperan por el tema y se comunican con la producción del canal para dar su opinión: que tengo miedo porque mis hijos ésto, que por las calles pasa esto otro, que en las noches pasó aquello, etc.
Sin margen de error, en todos los programas se concluye en una ambigüedad sofocante, excepto en que el alcohol es malo, malo y malo. Arruina familias, escandaliza a los ciudadanos cuando limita alguna de sus sagradas libertades, hacen desastres en calles y en las propiedades privadas de las personas decentes.
Situémonos en un ejemplo.
Franco se crió en el seno de una familia tipo. Desde pequeño tuvo una consola de video y sus juegos favoritos consistían en que su personaje tenía que aprender todo tipo de patadas y trompadas para vencer a sus oponentes.
En la primaria, la mayoría de sus compañeros, incluso él, imitaban a los individuos de los jueguitos y a otros de la televisión haciendo todo tipo de movimientos y ruidos karatecas.
Recién cuando se creaban discusiones entre los alumnos que terminaban en una enorme batahola, intervenían las autoridades de la escuela y eran amonestados, aunque casi siempre el personal docente decidía ignorar estos casos. Y más tarde en la secundaria, estos hechos, simplemente, se “arreglaban” afuera de la institución.
En las cenas familiares, solían ver alguna que otra película de acción, en la cual el protagonista alcanzaba sus metas –salvar a alguien o a algo, comúnmente- rompiendo narices y dejando inconsciente a un montón de contrincantes que venían en manada, todo esto mostrado en excelentes tomas de la cámara que dejaban al actor en la posición de héroe nacional.
Todos los personajes de los entretenimientos nombrados que gustaban a Franco, aparecían más tarde en forma de juguetes, el héroe y su archienemigo, que siempre había que tener para enfrentarlos, y no podía faltar una ametralladora o una espada.
En su adolescencia gustaba mucho de salir con sus amigos los fines de semana a la noche a algún boliche de moda.
Una vez resulta que estaban todos “pasados” de alcohol y Franco observó a su novia hablando con un muchacho desconocido. Cerró sus puños y fue decididamente hacia ellos.
Al cabo de cinco minutos, se encontraban en las afueras del boliche todo el grupo de amigos de Franco y la banda del otro muchacho como protagonistas de una feroz batalla campal.
Ahora vayamos a otro hecho totalmente aislado del anterior.
Despiden de su trabajo a Juan, pues sufre una lesión y queda algo así como “inhabilitado” en la empresa y “prescinden” de sus servicios; al poseer tantas deudas se le hipotecan la mayoría de sus bienes; su familia lo rechaza por ser un inútil y un fracasado; por la calle, un día, le roban y el colectivero se niega a llevarlo gratis, la gente lo empuja y se tropieza con él; tiene mucho hambre, se desmaya, la policía se lo lleva, le toman los datos y lo retienen un rato en la comisaría; una noche va a un bar, se emborracha y se origina una pelea con un sujeto. Estos dos sucesos aparecen en los noticieros. Informan que, aparentemente, habían sido violentos por un abuso de alcohol. Al cabo de un tiempo, todos los programas de debates eligen el siguiente tema: que se piensa de la posibilidad de prohibir el alcohol en la ciudad...
¿No es ingenuo suponer que la violencia nunca existió dentro suyo antes de ingerir alcohol?
Muchos sujetos suelen originar disturbios y problemas en la comunidad, ¿a causa del alcohol y de las drogas?, ¿Nada tendrá que ver la sociedad misma?
Al parecer, se quiere pensar que el abuso crea los problemas en la gente, no que sirve de detonante o que los libera dejando expresar sentimientos ya existentes provocados, realmente, por causas ajenas y al mismo tiempo, muy propias de nuestra fugaz y simplista cultura actual.
Lo comento por experiencia personal y si a cualquier adolescente o cualquiera que conozca y que necesariamente sea parte de la cultura nocturna se le proponga advertir esta cuestión, dirá que el individuo no violento, lo es antes y después de ingerir una cantidad x de alcohol, y el sujeto agresivo, lo es las veinticuatro horas del día, claro está que gracias a su resentimiento, sin cuestionarnos en este momento su origen, poseerá una tendencia, no sólo tal vez de ingerir mayor cantidad, sino también, refiriéndonos a una conducta violenta en el sentido físico, será miles de veces más susceptible ante un signo de provocación e inclusive de imaginaria hostilidad de parte de otro individuo. La otra cuestión respecto al mismo asunto, y quizás más grave aún, sean los responsables de informar estos casos, quienes simplifican un tema muy riguroso, con grandes posibilidades de confundir a las masas, siendo también probable que los informantes y los informados no posean la costumbre de la noche semanal, la cual otorga una visión diferente a la obvia, gracias al simple entendimiento que brinda la experiencia.

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