viernes, 9 de mayo de 2008

La Ciudad Goleada. Tomo 2





Por_Carlos del Frade

Fotos:
Alberto Gentilcore

Cuando el derechazo del paraguayo Salcedo sacudió la red del arco que da sobre calle Génova, miles de banderas rojinegras flamearon enloquecidas, mientras el grito de gol atronó la ciudad que alguna vez fuera obrera y que hoy es calificada de digital. Era el sábado 5 de abril de 2008 y Ñuls comenzaba a quedarse con el clásico, mientras Central no podía menos que asustarse al enfrentarse con el espejo de la realidad. Ambos, síntesis de las últimas identidades populares rosarinas, estaban peleando el descenso, consecuencia deportiva de diversos manejos institucionales que se parecen más a un saqueo que a equivocaciones sin intención.
Así tres años antes, cuando en ese mismo estadio donde se disputara el Mundial de Fútbol del año 1978, en el momento que Pirulo Rivarola le daba el triunfo a los canallas y dejaba afuera a los rojinegros de la Copa Sudamericana, la desenfrenada alegría de los centralistas no pudo, sin embargo, cambiar el curso de la debacle en la que se encontraba el club. Es de esperar que la felicidad deportiva que alimenta la vida cotidiana de los hinchas de la entidad del Parque no clausure la posibilidad de recuperar la práctica democrática luego de casi quince años de gobierno del señor Eduardo López. (Este fragmento forma parte del Tomo 2 de “Central, Ñuls: La ciudad goleada”, del autor de esta nota y que en las próximas semanas será presentado en público. Se trata de un adelanto en exclusiva para los lectores de “El Vecino”).

Lo que sigue
Errantes entre los últimos de la tabla de posiciones del campeonato de fútbol de la Argentina, Ñuls y Central reflejan la continuidad de la matriz económica, política, judicial y cultural de los años noventa.

Privatización de lo popular a favor de muy pocos.
Una clara demostración que los cambios políticos producidos en Rosario Central todavía no generaron cambios de rumbos ni adentro de la cancha chica ni en el campo grande de la historia en donde parecen cobrar dinero los mismos de siempre en forma paralela al sufrimiento de los hinchas y socios del club fundado en 1889.

Entre el gol de Rivarola y el de Salcedo se inscriben estas crónicas periodísticas en las que el fútbol se convierte en una fenomenal lupa para verificar el funcionamiento de los factores de poder de la sociedad rosarina, en particular, y argentina, en general.
Es el tiempo exacto que media entre la primera parte de “La Ciudad Goleada” y esta segunda etapa.

Un conjunto de datos y declaraciones que intentan mostrar el por qué la felicidad parece seguir siendo la propiedad privada de unos pocos y no el derecho de todos.

El fútbol rosarino sigue atravesado por negocios nada claros, violencia que está más allá de las tribunas, dirigencias políticas que miran para otro lado y centenares de pibes que ya no creen que Ñuls y Central sean las “inagotables canteras” del balompié argentino sino los condados feudales de los grupos de tareas que se califican de barras bravas.

Porque en estos casi tres años que pasaron de la primera parte de estas crónicas corrió sangre, dinero y demasiadas angustias, es necesario repetir la consigna: Rosario sigue siendo “La Ciudad Goleada”.
“Eduardo López no tiene nombre”
Este es el título de la nota escrita por el periodista del diario “La Nación” y varios canales de televisión de Capital Federal, Juan Pablo Varsky, publicada en su blog el pasado 24 de marzo de 2008.

Allí se puede leer que “es el presidente del club desde el 11 de diciembre de 1994, la última vez que los socios pudieron votar. Nadie en la historia de la institución permaneció tanto tiempo en el cargo. Bajo su gestión, el equipo ganó un solo título: Apertura 2004. Hoy pelea por no descender. Ricardo Caruso Lombardi es el entrenador número 18 de su proceso. Sólo uno se fue bien: Américo Gallego, el DT campeón. No se siente responsable: "No los echo, ellos renuncian o los echa la gente"”, apuntaba el cronista.

Agregaba que “según los registros del Banco Central, Newell´s es deudor categoría "5" (irrecuperable) por 1.454.000 pesos ante el Banco Municipal de Rosario. Tiene 217 cheques rechazados, sin fondos entre el 12-3-03 y el 14-1-08. El total acumulado por los cheques voladores da 8.178.883,65 pesos”.

Señalaba que “el 27 de febrero de este año, la Administración Federal de Ingresos Públicos lo denunció ante la Justicia Federal por "apropiación indebida de tributos" en su calidad de presidente de Newell´s. La AFIP y la Unidad Fiscal de Investigaciones de Delitos Tributarios y Contrabando determinaron que el club retuvo $ 624.480 en concepto de Impuesto a las Ganancias por las transferencias de Leonardo Ponzio, a Zaragoza, y Sebastián Domínguez, a Corinthians. ¿Cómo lo hizo? Ponzio fue vendido en 2.250.000 dólares. Según las investigaciones, le pagó al jugador el 15% correspondiente ($1.012.500) y le debitó $ 300.900 en concepto de Impuesto a las Ganancias. Pero se olvidó de depositarlos ante el fisco, incurriendo en el delito de "apropiación indebida de tributos", tipificado en el artículo 6 de la Ley 24.769. Este delito prevé una condena de 2 a 6 años de prisión. En su denuncia, la AFIP pidió "el máximo de la pena prevista" por su conducta reincidente”, escribió Varsky.

Se está investigando su última venta: la de Ansaldi al fútbol ruso. “El jugador aún no está habilitado para jugar en el Rubin Kazan. De acuerdo con la AFIP, documentación hallada en la AFA da cuenta de una operación por 2.100.000 de la moneda estadounidense contra los 8 millones declarados ante la prensa. Desde el organismo agregan: "Hasta se vio favorecido por una medida cautelar de un juez Civil de feria en el marco de un proceso estrictamente penal como es este". Sí, leyó bien. Se trata de dos fueros distintos, el civil y el penal. A nuestro héroe nada lo detiene. Sin embargo, ya tiene un dictamen de procesamiento en firme y durante 2008 se le adjudicará fecha a su juicio oral. ¿Hay una conspiración en su contra? Así parece. El 7 de agosto del año pasado, la Cámara Federal de Apelaciones le confirmó un procesamiento por "retenciones indebidas" en otros cinco pases. La deuda total asciende a $ 1.822.867,50. "Su situación, sin una justicia cómplice, es terminal", afirman desde la AFIP”, remarcaba el periodista.

“Nuestro Robin Hood siempre tiene quien lo cuide. De acuerdo con el artículo 6º de su estatuto, la AFA no puede tener entre los miembros de su comité ejecutivo a un dirigente con procesamiento en firme. Pero allí está como "Secretario de Relaciones Internacionales" de la casa madre del fútbol argentino. No sólo Julio Grondona lo protege en Viamonte al 1300. En Rosario, hay un ejército a su disposición. El jefe de la barra es Roberto Adrián Caminos, alias "Pimpi". Hace siete años que la dirige. Según el periodismo rosarino, administra el estadio cubierto del club, supervisa las divisiones inferiores y se suma a la gestión de refuerzos. Moviliza 500 personas y dispone de 15 ómnibus cuando el equipo juega de visitante. Distribuye secuaces en todos los sectores del estadio que intimidan y agreden a quienes se manifiestan en contra del presidente con la ausencia policial”, informó la nota.

No sólo los hinchas disidentes reciben sus mensajes. “Nicolás Spolli habría quedado libre en junio próximo y estuvo a punto de no ir a la pretemporada. Pero recibió un ultimatum que lo hizo firmar por tres años. El consejo se lo dio la barra, que también se ocupa de los técnicos. Después de perder el clásico ante Central, Pablo Marini salió de la cancha en patrullero. Apretado y agredido por la barra, debió ir a Tribunales porque la justicia actuó de oficio ante la trascendencia y la evidencia del hecho”, ejemplificaba la crónica.

“Para evitar males mayores, Marini prefirió el silencio a la ratificación. Nuestro mártir es generoso con sus fieles. En Rosario, nadie desmiente que Caminos y su hermano Tato tienen porcentajes de los pases de Miguel Torrén y Lionel Vangioni, entre otros futbolistas del club. El intendente del predio de Bella Vista es Daniel "Cabezón" Cáceres, de profesión "barra". Cada vez van menos chicos a probarse. María Rosa Martínez, madre del juvenil Alan Zentner, denunció ante la Justicia, en julio de 2007, que el coordinador de inferiores Sergio Almirón le pidió "entre 30 mil y 40 mil pesos" para que su hijo llegara a la primera división. Los clubes que abastecían a la cantera dejaron de cederles jugadores porque saben que no cobrarán el derecho de formación”, sostuvo Varsky.

También añadía que “la quiebra de Newell’s fue declarada el 30-8-2000 por el juez Bruch a raíz de una deuda de apenas ¡seis mil pesos! que reclamaba un ex preparador físico de las divisiones juveniles. Todo fue muy llamativo: el monto de la deuda, la decisión de no pagar y la determinación del juez. Luego se cerró el negocio, pidiendo la conversión de la quiebra a concurso preventivo. Bruch accedió en una maniobra llamada "Concurso por Conversión". Se verificó una deuda mucho menor a la original y se consiguió una quita superior al 50% con un plan de pagos que concluye en octubre de 2011. Pero ahora tiene otro problema: la enorme deuda asumida post-concurso. La Fiscalía de Estado ordenó la intervención del club en materia electoral el 22 de octubre de 2004 al hallar irregularidades en el registro de socios”.

Sin embargo, gracias a una presentación ante el juez Eduardo Oroño, “se creó un problema de competencia entre juzgados que debía resolver la Sala II de la Cámara de Apelaciones integrada para el caso. La ley provincial establece que la decisión de Fiscalía de Estado debe ser materializada vía judicial. Por lo tanto, está dispuesta, pero no efectivizada. Esto impide volver a pedirla por los mismos motivos "ya que está en marcha y sólo queda resolverla". Mientras tanto, los camaristas de la Sala II siguen durmiendo. Ya van 4 años de siesta. Nuestro fugitivo esquivó varios procesos electorales. En diciembre de 2004, antes de las elecciones, cuestionó avales de las listas opositoras. Dos años después, la Justicia falló a favor de los candidatos impugnados y criticó la actuación de la Junta Electoral. Pero ya había gambeteado a las urnas. Descapitalizó al club. La lista de futbolistas formados en el vivero que se fueron por falta de pago incluye a Coti Fernández, F. Crosa y Marino.

Siempre se sintió intocable, pero su "suerte" comenzó a cambiar con el fallecimiento del amigable juez Rodolfo Bruch en 2007 y la jubilación de otros magistrados que supieron protegerlo. Ya no está blindado por la Justicia. Pero, por ahora, sigue siendo el presidente de Newell‘s. Se llama Eduardo López. Todo lo demás, no tiene nombre”, terminaba diciendo el escrito, una verdadera síntesis de lo que sigue ocurriendo en club del Parque Independencia más allá del golazo de Salcedo en el último clásico disputado en el Gigante de Arroyito.

El vaciamiento sin fin
El 6 de marzo de 2008, el diario “La Capital” informó que “el presidente de Rosario Central, Horacio Usandizaga, presentó una nueva denuncia en la justicia contra la anterior administración del club. En esta oportunidad, fue ante el Juzgado de Instrucción de la 10ª nominación apunta a los ex presidente, secretario, tesorero y abogado de Central por administración fraudulenta de los fondos de la institución en una intrincada historia de pagarés, jubiladas y demandas que el propio Usandizaga se encargó de aclarar por Radio 2”.

La séptima denuncia presentada por el Vasco en Tribunales fue hecha contra Pablo Scarabino, Gonzalo Estévez, Marcelo Gastaldi (ex presidente e integrantes de la anterior Comisión Directiva), el representante legal del club en la anterior gestión Juan José Ubieta, Jorge Ubieta, Nélida Olga Espadas y la abogada porteña Julieta Parisso.

La acusación es por la emisión en diciembre de 2004 de 40 pagarés en blanco avalados por el entonces abogado del club, Juan José Ubieta, y firmados por la cajera de la institución María del Luján Scarabino. Doce de esos pagarés fueron a parar a manos de Nélida Olga Espadas, una jubilada de 70 años que habría operado como “testaferro o prestanombre” -según los dichos del propio Usandizaga- para poder cobrar 140 mil dólares que no se sabe dónde fueron a parar.

La señora Espadas, quien presuntamente recibió los pagarés de Juan José Ubieta, figura en el Veraz como insolvente y vive en la ciudad de Rosario aunque, según Usandizaga, “nunca estuvo relacionada con el club”. La mujer inició un juicio contra Rosario Central en Capital Federal con el patrocinio de la abogada Julieta Parisso (la misma que hace poco fue acusada por Usandizaga por no permitir el envío de entradas desde Huracán a los hinchas de Rosario Central).

Para Usandizaga “es raro” que una jubilada de 70 años que no tiene nada que ver con el club “haya hecho juicio contra el club estando domiciliada en Rosario al igual que el club”. Lo cierto es que Nélida Espadas recibió de parte del abogado de Central los 12 pagarés por un valor de 140 mil dolares e inició un juicio para cobrarlos con el apoyo del propio Ubieta.
Otro dato llamativo es que al momento de recibir una importante cifra en dinero (40 mil dólares), la mujer firma en conformidad delante del escribano Jorge Ubieta, que podría ser familiar del Ubieta que era abogado de Central.

“El vaciamiento de Rosario Central tuvo que ver con una asociación ilícita, no me quedan dudas”, dijo Usandizaga en contacto con el periodista Alberto Lotuf en el programa De tarde en tarde. Por otra parte, el titular del club dijo que seguramente hubo administración fraudulenta con complicidades. “La comisión directiva no actuó, no les importaba Central”, concluyó el presidente con el tono enérgico que lo caracteriza”, decía aquella nota.

Las razones del Pimpi
El 27 de febrero de 2008, el diario “Clarín”, a través de una nota firmada por el periodista Gustavo Yarroch, denunciaba que cinco antes, en la ciudad de La Plata, la barra brava de Ñuls “agredió a un grupo de hinchas opositores al presidente López”.

“La barra brava de Newell's está sospechada de tener fluidos contactos con el presidente del club, Eduardo López. Eso, al menos, es lo que dicen los opositores a la actual conducción. Quienes están en contra de López siempre se quejaron porque -aseguran- en las tribunas del Coloso del Parque Independencia hay barras que callan a los golpes cualquier voz antioficial. El problema recobró actualidad a partir de la brutal agresión que un grupo de hinchas de Newell's recibió el viernes en La Plata, en ocasión del partido ante Estudiantes. Esa noche, en la popular visitante del estadio Ciudad de La Plata, integrantes de la propia barra del club atacaron a golpes a simpatizantes vinculados con la agrupación Militancia Leprosa, que está en desacuerdo con los manejos de López. "La Policía liberó la zona y en el entretiempo nos dieron una paliza tremenda. Nos decían: 'A los opositores los vamos a matar'", dijo a Clarín uno de los hinchas agredidos, que pidió reserva de su nombre”, apuntaba la crónica.

Lejos de agotarse allí, “la impunidad con que se maneja la barra liderada por Roberto Pimpi Caminos prosiguió al regresar a Rosario. "La gente de la barra nos está llamando por teléfono, amenazándonos con que si vamos al partido del domingo contra Racing nos van a matar a todos", señaló el mismo simpatizante”, agregaba el artículo.

Para Yarroch, “lo curioso es que estos mismos hinchas, que se atreven a denunciar a la barra ante los medios, todavía no realizaron ninguna denuncia ante la policía rosarina advirtiendo sobre lo que podría ocurrir el domingo en el Coloso. ¿El motivo de ese silencio? El temor que le tienen a la barra. Desde 1994, el último año en que hubo elecciones en el club, los reclamos de los hinchas contra López suelen ser tenues. Es que los que se atreven a cuestionarlo a viva voz son minoría. Considerado un intocable que instaló en el club la cultura del miedo, a López lo acusan de tener fuertes vínculos con la barra. Una barra cuyos cabecillas serían dueños de los pases de varios jugadores y que además tendrían a su cargo el alquiler del microestadio del club”, terminaba la información.

Balazos
El 25 de marzo de 2008, el diario “La Capital”, informó que un “muchacho de 20 años, hijo del ex futbolista de Rosario Central Claudio Scalise, recibió dos disparos mientras caminaba por la zona de España y Ocampo por parte de dos hombres que se desplazaban en moto. Los balazos dieron en la ingle y en una pierna del joven, pero no causaron lesiones graves y, según fuentes policiales, anoche estaba fuera de peligro”.

“El ataque se registró alrededor de las 2.30 cuando Claudio Scalise hijo caminaba por España y Ocampo, al parecer solo. El joven, que no vive en ese barrio, llevaba puesta una camiseta del club de Arroyito”, según contaron a este diario voceros policiales.

“Claudio fue agredido por dos hombres que se movilizaban en moto, que abrieron fuego sin amenazas o peleas previas. "Todo parece ser un hecho fortuito, del momento. Parece que le tiraron porque tenía puesta la casaca de Central", comentó un investigador.

De acuerdo a esa fuente, la víctima habría contado que ignoraba el motivo de la agresión y que desconocía a sus agresores. El muchacho fue atendido en el lugar por una ambulancia del Sies y derivado al Hospital Clemente Alvarez.

En ese nosocomio, Claudio Scalise padre se mostró consternado por lo sucedido a su hijo. "Pido que se investigue esto. El fútbol es un juego y los que hicieron esto son delincuentes, que no tienen nada que ver con el deporte", afirmó.

El 19 de agosto de 2007, el ex delantero centralista vivió una desgracia también a raíz de un balazo. La víctima fue su sobrino, Hernán Scalise, de 28 años, asesinado en Moreno y Quintana. Le disparó otro joven, Edgardo Verón, de 26 años, enardecido porque Hernán estaba con su ex esposa. Verón fue rápidamente detenido.

Grupos de tareas del mundo: ¡Uníos!
El 17 de febrero de 2008, la noticia publicada por el excelente periodista de Rosario/12, Alejo Diz, conmocionó la ciudad futbolera.

“Aunque parezca mentira, este diario descubrió los contactos con la barra de Ñuls para acciones en Arroyito. La batalla librada por Horacio Usandizaga para reducir el poder de violencia que despliega la barra de Central liderada por Andrés "Pillín" Bracamonte cruzó fronteras inesperadas. No sólo porque la denuncia del titular de Arroyito atrajo la atención de las nuevas autoridades policiales de la ciudad, sino porque el conflicto rozó de cerca a la barra de Ñuls, conducida ella por Roberto "Pimpi" Caminos. Es que al quedar en jaque su ascendencia en los escalones de la popular canaya, los violentos de Arroyito pensaron en sus pares del parque Independencia para armar un escena conflictiva en el estadio auriazul que le traería al Vasco el dolor de cabeza necesario para contemplar la posibilidad de claudicar en su lucha”, sostuvo Alejo.

La historia “se remonta a días atrás y fue constatada por miembros de las dos hinchadas involucradas. El relato inicia en el momento que Usandizaga se comprometió ante los socios a combatir a la barrabrava de Central, que tiene como guía de paraavalancha a Andrés Bracamonte. Al tomar posesión del sillón auriazul el Vasco se ocupó de aquella promesa de campaña, y fue así como el lunes pasado realizó una denuncia pública, que luego ratificó en la Justicia, donde expuso relación de complicidad entre los "Pillines" y el comisario Humberto Lodolini”.

“Esta postura intransigente del Vasco erosiona la posición de Bracamonte ante sus adláteres de tribuna, dado que sin relación con dirigentes no hay barras que puedan sostenerse como tales. De esto también está preocupado "Paquito" Ferreyra, por entonces enemigo público número uno de Bracamonte, pero como el escenario institucional afecta también sus intereses, los líderes de la popular no dudaron en remendar sus diferencias para sumar esfuerzos en una causa común”.

Sin conexión con la dirigencia, “a los barras les queda una última lanza por tirar en su pugna con las autoridades: extorsionar con disturbios en la cancha, lo que dejaría al club a riesgo de la quita de puntos, como padeció Ñuls el año pasado. Pero como los rostros de los "Pillines" son conocidos por todos, los irracionales de Arroyito fueron a la búsqueda de los "servicios" de sus pares del Parque Independencia”.

“Aunque al elevar la propuesta en el búnker leproso de la zona sur, la negativa fue tajante: "No podemos quedar pegados con Central", explicó un barra de Ñuls a este diario.

"Nos vinieron a buscar -continuó el barra leproso- porque saben que en algunas oportunidades hemos hecho éste tipo de trabajo. Ellos no se animan a hacer lío en la cancha porque están muy escrachados y porque le tiene miedo a (Ricardo) Milicic (secretario de Central), esa es la verdad. Pero a nosotros tampoco nos conviene que caigan los "Pillines" porque después podrían venir por nosotros".

“Usandizaga está advertido de la posibilidad de que los barras hagan de las suyas en el estadio y acercó su inquietud al presidente de la AFA, Julio Grondona. Aunque en la casa rectora del fútbol argentino no se consustanciaron con el drama de los auriazules. Así, todo queda en manos de la policía, que ya está advertida de posibles incidentes en el Gigante, en el marco del enfrentamiento que tiene Usandizaga arriba del ring ante una turba de barras.

En Ñuls, en cambio, se viven días serenidad, florecida ella por un pacto de partes. Se trata del acuerdo entre "Pimpi" y Pedro Bismark, conocido en la popular como el "Loco Demente". "Le hicieron una propuesta (económica) que no pudo rechazar", apuntó un fiel ladero de "Pimpi", parafraseando al mítico personaje interpretado por Marlon Brando en El Padrino”, terminaba la crónica.

Días después, Usandizaga radicaba la denuncia en los tribunales provinciales rosarinos llevando un ejemplar del “Rosario/12”.
REVISTA EL VECINO. abril 2008

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