Por Carlos Galli
La primavera ya despunta en el año del Bicentenario, sin embargo en la agenda política, el almanaque que relojean sus variopintos protagonistas no se corresponde con ésta, es la próxima, la de 2011, la que los desvela y nos desvela. La verba encendida de hoy, es un misil direccionado a futuro. Fuego cruzado. Hay blancos fijos y otros móviles, en el medio de la batalla.
Oficialistas y opositores se chicanean, se desafían, se descalifican en más de una ocasión, se agravian, pero a diferencia de otras situaciones similares que nos remite a un pasado no tan lejano, el escenario es otro. Hoy, el debate político está instalado en una diversidad de temas de cuya resolución dependerá la construcción de otro país.
Una oportunidad histórica, que requiere la intervención de todos los actores sociopolíticos que sean capaces de hacerse oír , participen, discutan, y eleven sus propuestas para dirimir un país que sepa integrarse aún en medio de sus lógicas discrepancias. Todo un desafío.
La realidad nos muestra que es una pugna de opuestos y la síntesis de esta contradicción- no menor-, elevará nuestra calidad institucional o la democracia permanecerá diluida, en el chamuyo que de ella hacen los profetas del liberalismo salvaje, responsables de años de decadencia.
Es saludable que ya los economistas- necesarios por cierto- no tengan el rol de primeros mandatarios, como impusieron los fundamentalistas de mercado, depreciando deliberadamente la participación política, que en su imaginario, solo les era reservada a una selecta minoría, emulando a sus antepasados de 1880. Un modelo que el menemismo encarnando el proyecto de la dictadura, se encargó de profundizar con la anuencia de buena parte de la sociedad. Un entramado mafioso, tejido de impunidades, que saqueó la Argentina en beneficio de unos pocos y generando niveles de pobreza inimaginables en el “granero del mundo”.
Un modelo que agoniza en el planeta, pero al cual se aferran por aquí, los cómplices y partícipes de su implementación. Militantes del lifting- iconos del menemato- se travisten de remozados demócratas y sin escrúpulos se proponen como los restauradores-es evidente- del país conservador.
Por otro lado, el gobierno viene propiciando pulseadas que apuntan a recuperar una democracia en deuda con grandes sectores de la sociedad. La metodología es objetable, en muchos casos, pero como no se recuerde desde hace tiempo, los debates parlamentarios son frecuentes, alrededor de temas relevantes y cuyo resultado ha sido la sanción de leyes progresistas, que si sus beneficiarios las efectivizan serán un aporte vital para transformar este presente.
Si se podría con cierta racionalidad-que no abunda- encauzar los debates destinados a pergeñar un país inclusivo, solidario y más justo, esta es una oportunidad inmejorable.
Obvio, que no todos se sentarán a la mesa. El momento amerita que todos aquellos sectores que se presumen progresistas- tanto del gobierno como algunas franjas opositoras, no jueguen a ver quién la tiene más clara, sino que doten al debate de otra calidad dentro de la pluralidad de ideas y sin perder su identidad, sepan confluir en la toma de las grandes decisiones.
La oscura trama de la Argentina de la dictadura, sus aliados civiles, el rol de los monopolios, su proyecto económico, los nombres y apellidos que avalaron la rapiña, sus voceros de prensa, están desnudos y a la intemperie. Una verdad, que no hubiese sido posible revelar , si no fuese por la búsqueda incesante, obstinada y militante de los actores sociales que contra viento y marea, desentrañaron la patraña urdida durante el período más negro de nuestra historia.
Al cierre, la presidenta, Cristina Kirchner, presentó en sociedad el informe: Papel Prensa: La Verdad, donde explicó con lujo de detalles, la apropiación que hicieron de la papelera, en 1976, los accionistas de Clarín, la Nación y La Razón pactando con la última dictadura militar. Un tema para tratar en próximas ediciones, que nos entusiasma y del cual comprometeremos a participar a la opinión pública.
Además, se discute el modelo productivo, las retenciones al agro, La Ley de Glaciales, la inseguridad, las paritarias. Se pone bueno.
Cuando aparezca la edición de setiembre, “El Vecino”, cumplirá su 26º aniversario y la ocasión amerita un brindis anticipado, a cuenta, de éste, nuestro país, que sigue buscando su destino. Como describió-hace horas- Miguel Rep, el excelente dibujante, en una entrevista que le realizaron acerca de su última obra : “Doscientos años de peronismo”-imperdible-, alusiva al Bicentenario: “ Estamos tan lejos del mundo, que vivimos pegando gritos”. ¿Podremos escucharnos?
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