martes, 18 de noviembre de 2008

Cuerpos Resplandecientes

Por María Angélica Scotti

Este nuevo libro de María Rosa Lojo reúne un total de 10 cuentos emparentados por su unidad temática (lo cual confiere más interés al conjunto ya que discurre en torno de un mismo mundo, casi al modo de una novela). Y se trata de una propuesta ciertamente original: desarrolla, tal como aclara el subtítulo, una serie de historias referentes a “Santos populares argentinos” (la Difunta Correa, el cura gaucho Brochero, Ceferino Namuncurá, la cantante Gilda…), es decir, no los santos “oficiales” o consagrados por la Iglesia.
Esta incursión en el imaginario popular (con su rica multiplicidad) no resulta extraña en la autora: sus obras suelen frecuentar los territorios indígenas, los grupos marginales, nómades o relegados. Y para ello se vale de una nutrida documentación bibliográfica (detallada en el presente volumen). Sobre tal armazón histórico o antropológico construye la ficción literaria, combinando así lo real con lo imaginativo. Ya en libros anteriores (por ejemplo en “Amores insólitos de nuestra historia”) M.R.Lojo ha demostrado ser una notable cuentista. Desde luego que en un conjunto o “constelación” hay cuentos más brillantes y otros más opacos. Aquí, los más “resplandecientes” (para emplear el calificativo del título) puede decirse que son: “Gaucho con trenzas de sangre”, donde se despliega –a través de un supuesto diálogo entre una vieja comadrona y la figura del “santo”- la historia del Gauchito Gil, un correntino fugitivo y rebelde que prefirió ser desertor en la Guerra del Paraguay y, en vez de matar, dedicarse a curar y ayudar a otros, y que concluyó colgado de un árbol, boca abajo, y degollado casi como un Cristo, para transfigurarse al fin en santo milagrero; “La música materna del universo”, que presenta la breve vida y la injusta muerte del venerado Maruchito, un huérfano de 12 años, tropero por los caminos del Sur a comienzos del siglo XX, quien se atrevió a pulsar subrepticiamente la guitarra de su cruel patrón, el matador, en búsqueda de comunicarse con las luces errantes del universo nocturno y el espíritu de su añorada madre; “La que arde en el baile”, donde, en el marco ficcional de un baile campestre santiagueño al que acude un joven doctor interesado por los fenómenos populares, se recrea el rito de la Telesita, que bailando renace sin cesar de su desventurada muerte entre las llamas; “Mi cruzada contra la superstición”, sobre cómo un pesquisa policial, empedernido detractor de milagreros y sanadores, acecha con incredulidad a Pancho Sierra y en particular a su discípula, la Madre María, hasta que termina casi vencido o seducido por las artes espirituales de ésta; y “Cuando esperábamos que se acabara el mundo”, evocación de las andanzas del “bandido” justiciero Vairoleto, en boca de un maestro rural que compartiera con él juveniles aventuras y sueños anarquistas varios años antes de su muerte, acosado por una partida policial, para convertirse desde entonces en destinatario de la devoción popular. A lo largo del libro merece destacarse la amplia variedad en cuanto al abordaje o enfoque de cada uno de los relatos ( en tercera persona los más, o en primera, pero siempre muy cerca del punto de vista del personaje, que es el creyente o devoto y, en algunos casos, el incrédulo); en cuanto a los procedimientos narrativos (entre los que descuella el eficaz empleo del diálogo para explayarse sobre el santo respectivo y que llega a configurar incluso verdaderos duelos verbales o contrapuntos a la manera de las populares payadas); y en cuanto al tono (poético en unos, o con la ingenuidad propia de las fábulas, o con ciertos toques de humor y picardía en otros). Todos son cuentos muy elaborados y con admirables hallazgos estilísticos, especialmente en los cierres o remates, en los mismos títulos y hasta en la elección acertada de los epígrafes. La edición, atractiva y acompañada por expresivos dibujos, lleva un interesante y esclarecedor estudio preliminar de M.R.Lojo acerca de las características de la santificación y su significado simbólico y mítico, y evidencia la faz ensayística de esta prolífica y talentosa escritora.

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