Por Carlos Galli (Director Revista El Vecino)
Amigo lector, cuando esta edición llegue a sus manos, estará compartiendo una publicación rosarina a 24 años de su creación. Apenas faltan 365 días -como anunciaría Crónica TV, con estridencia- para celebrar un cuarto de siglo, trecho que separa aquella paupérrima edición de setiembre del 84, a la que, trabajando con denuedo, mes a mes, bregaremos para alcanzar en el 2009.
Cuando en más de una oportunidad nos consultan colegas u otros aventureros, -en el buen sentido- a la hora de emprender proyectos semejantes, la respuesta es simple: no hay receta. Pero el paso del tiempo, nos permite algunas reflexiones para explicar, el por qué de tamaña durabilidad. Las respuestas se asemejan en cierto sentido, a las que suelen dar los futbolistas luego de una victoria: “un plantel unido... que sabe lo que quiere”, “la figura es el equipo”, “sacrificio y humildad para lograr los objetivos” y fundamentalmente la “convicción”, de que sumando estos factores, más los agregados circunstanciales, se logra un resultado. Como técnico que la va capeando: “paso a paso”. Usted habrá percibido,que el argumento es de neto tinte humorístico. Esto no es fútbol, pero las declaraciones repetitivas de sus actores, después de un éxito -de tanto repiquetear en los oídos-, están inscriptas entre nosotros.
En este grupo, los preceptos no son los mismos y tampoco el presupuesto es el mismo.
Nuestros antiguos lectores conocen la madera. A los que se suman-24 años después- les contamos que un poco la idea básica, no dista demasiado en su contenido de aquella desde la cual, parimos a “El Vecino”. Nunca se sabe hasta qué punto lo logramos, pero anunciamos desde el primer día que la premisa era crear una publicación que, expresada desde la heterogeneidad de formas, es decir, campos de experiencias diferentes, generaciones distintas, y por ende cosmovisiones particulares, preservara un contenido que nos identifique como medio. En este punto, surgen datos que van construyendo los cimientos, la base, sobre la que se fueron asentando las sucesivas ediciones. Vale redundar en la calidad de gente que se fue incorporando, número a número, a cada una de las áreas para componer una producción que le sea útil a la comunidad. Desde su fundación -lo decimos con orgullo- la revista les brindó la oportunidad a muchos jóvenes de publicar por primera vez y se fueron mixturando con otros que ya eran de fuste. Hoy, más de uno de ellos, son reconocidos y premiados, no sólo en el país, sino que adquirieron dimensión internacional. Es tentador mencionarlos, o mencionarlas, porque ya conforman una lista numerosa que sin duda, nos enorgullece y prestigia, pero ese reconocimiento hacia ellos se merece un espacio aparte.
En estos 24, hemos transitado las mismas vicisitudes que la sociedad toda, sobreviviendo a los avatares a los que nos sume un país, donde consolidar proyectos es harto dificultoso. Y dentro del rubro que nos compete, el de los medios de comunicación, también se reproducen las reglas de juego que impone un sistema de gran riqueza, concentrada en pocas manos. Detrás de una supuesta libertad de expresión, los grandes propietarios de las cadenas mediáticas defienden- maquillados según la ocasión-, los intereses del poder que los sustenta. En este escenario, abrir espacios para otras miradas, es ciclópeo. Es una lucha que envuelve a todos los hacedores de cultura, para reflejar buena parte de la realidad, que adrede se oculta o manipula desde las grandes usinas formadoras de opinión.
Dentro de esta brecha desigual, algunos señales positivas se vienen dando. Rosario, ha ganado relevancia en el plano cultural, y es vista desde otras latitudes como una ciudad generadora de expresiones artísticas y culturales de alto vuelo. Esto ha hecho, que una porción-aún pequeña- de auspiciantes de la región, apoye emprendimientos relacionados con estas actividades y descubrieron que les otorga más prestigio a su marca que asociar la, a cualquier chabacanería. Cuesta un Perú, dirían nuestras abuelas, pero debemos insistir, y convencer a quienes puedan, que le tiendan una mano a las múltiples expresiones que enriquecen nuestra cultura para que puedan ser conocidas y apreciadas por todos.
Como cada aniversario, agradecemos a todos aquellos que con su apoyo hacen posible esta realización e invitamos a sumarse a quienes deseen inscribirse en la cruzada.
Los últimos meses de conflictos e incertidumbres no mellaron nuestra obstinación por seguir creciendo. Un nuevo pliego color para exhibir trabajos notables de artistas de la ciudad y la flamante web que convidamos a visitarla: www.revistaelvecino.com.ar -con sorprendente número de visitas- nos sigue convocando a sentarnos en la mesa de los sueños. Gracias.
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